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lunes, 20 de julio de 2015

ADR vs Amantes



Ayer 19 de Julio se celebró el Día del Amigo con Derecho a Roce (o Goce) y varios portales y estaciones de radio (supongo que de TV también, pero no suelo ver este tipo de programas) comentaron sobre la diferencia entre ADR y Amante.

Para empezar, suele decirse que la amistad entre el hombre y la mujer es prácticamente imposible, salvo que se consideren incogibles mutuamente. Y debe ser mutua, es decir, no puede existir la más mínima posibilidad de atracción sexual, lo cual es difícil, pero cada tanto aparece una.

También suele decirse que las amistades entre varón y mujer son sublimaciones de un estado latente de cogibilidad. Tanto hombre o mujer son "amigos" que esperan pacientemente un momento de debilidad en el cual podrán "consolar a su amiga/o" con un polvo.

No conozco casos de ADR que perduren mucho. Calculo que es más factible a edades más maduras, cuando los proyectos familiares ya se han concretado.

En cambio con el tema amantes, los reales, no los "gatos" creo que la cosa es más sincera. Los dos saben muy bien porqué se encuentran. No necesariamente tiene que ser para maratones sexuales, es más rara vez lo son, porque si de algo suelen carecer, es justamente de tiempo. Es más, en la icónica película EL AÑO QUE VIENE A LA MISMA HORA, era sólo una vez por año y no es que las sábanas parecían arder. Tal vez por la época y los actores, no podían realizar escenas tan fogosas. Algo parecido sucedía en EN EL SECRETO DE LA MONTAÑA.

No creo que los amantes sólo se sustenten en sus habilidades sexuales, sino en la intensidad de su relación. Que con el tiempo uno de los dos se enamore del otro, o mutuamente, es otro cantar. No es infrecuente que los amantes terminen siendo pareja se casen y hasta tengan familias, pero que justamente por la naturaleza de esta relación formal, la cosa termine fracasando. Es más, si fueron amantes "adúlteros", lo más probable es que en algún momento, comiencen a sospechar el uno del otro. Ladrón que roba al ladrón...

Y si bien suele suceder que los amantes ocupan un "segundo lugar" en lo que se refiere al tiempo dedicado, ya sea físico o comunicacional (si bien con los recursos tecnológicos disponibles de hoy, se pueden incrementar) por otro lado suele suceder que ocupan un lugar privilegiado en la mente del otro. Y luego están las de índole laboral, aunque estas no suelen durar tanto porque si la situación se malogra, el subalterno puede ser despedido o acusar a su superior de "acoso sexual" - Si es entre pares, tal vez dure más, pero por algo existe la famosa frase "Donde se come no se caga" (lo que también me lleva a pensar en el tipo de relaciones que algunos tienen)

Según  una experta, Verónica Malamfanta, autora de ADR Amigos con Derecho a Roce, la tendencia en estos tiempos tan vertiginosos, con la propensión a la "liquidez", de obsolescencia programada, que este tipo de relaciones, tanto los ADR como la de amantes (adúlteros o no) siga creciendo. Las relaciones serias, implican tiempo, y hoy la gente dispone de cada vez menos, ya sea por el trabajo, el estudio, disfrutar del tiempo libre, etc. etc.

Y esta tendencia no tiene un grupo etario destacado, también atraviesa todos los estratos sociales, niveles educativos, culturales, etc. Esto claro en sociedades predominantemente urbanas y occidentales. En los pueblos rurales y en sociedades más tradicionales, no tanto, porque las consecuencias para la mujer pueden muy graves y hasta mortales.

martes, 7 de julio de 2015

Que valga la pena...

Suelen verse con bastante frecuencia este tipo de imágenes en los facebooks, sobre todo de mujeres desilusionadas. Los hombres solemos reflejar nuestra desilusión en otras áreas, generalmente en el deporte.


Tal vez lo más apropiado sería ver la vida con este tipo de mensaje, porque cualquier persona que haya estado en una relación medianamente duradera sabe que compartir su vida con otra persona, a menudo implica renunciar a muchas cosas y entonces esas renuncias deben estar al menos compensadas con otros valores o beneficios.

Pero la verdad, no es sorprendente que este tipo de frases pululen en las redes sociales, porque creo que reflejan cómo muchas generaciones más "nuevas" pretenden vivir. Décadas de "Amarse a uno mismo", de "Lo único que importa es que seas feliz" "Mímate, ámate, trátate bien" etc. etc. han creado varias generaciones que sienten que no deben sacrificar nada o muy poco con tal de ser felices. Y curiosamente es durante éstas últimas décadas donde la Depresión se ha convertido en una epidemia.

Son generaciones que prefieren vivir con los padres -aunque muchos no, porque no les queda otra- es que ser padres a los 20 años, además de ser complicado de por sí, también  implica que no tengan un buen trabajo, acceso al crédito, capacidad de ahorro, etc.- Pero muchos, de clase media, de 25 años o más, con trabajos dignos, prefieren restringir su libertad para tener un estándar de vida que muchas veces es superior al de los "locadores". Hace tiempo que en muchos hogares conviven dos "clases sociales".

En el trabajo el concepto de "ponerse la camiseta" ya practicamente no existe. En gran parte porque muchas empresas ni siquiera ofrecen una, y si lo hacen es una de muy frágil consistencia. Parecen camisetas de acetato. Es que una camiseta de "contrato temporario" obviamente no provoca lealtad.

En muchos aspectos, la cultura del "Aquí y Ahora" ha provocado este tipo de consecuencias. Nadie quiere ahorrar a largo plazo, sacrificarse a largo plazo, invertir en un proyecto, sea laboral o personal, a largo plazo.

Nadie quiere suspender su alegría ni siquiera por un instante, por temor a no poder recuperarla.

En general esto sucede con aquellas personas, que creen que su alegría depende de lo que otros hagan por ellos/as, sea una pareja, un hijo, un padre, la Selección, el/la presidente, la Justicia, el clima, los mosquitos, las antenas de las compañías de teléfono celular, etc. etc.

Sólo cuando uno entienda que poder ser feliz es un privilegio, un premio a lo que uno hizo por sí mismo, para sí mismo o para otros, es que se puede eliminar el pánico a la infelicidad. Y todos sabemos que en un estado de pánico, no existe ni la más remota posibilidad de ser felices, ni siquiera por un instante.