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martes, 30 de septiembre de 2014

La vida según los stand ups



Para el lector desprevenido que no sabe lo que significa un Stand Up, en castellano significa Parado/De Pié, y básicamente se trata de un comediante que realiza monólogos histríonicos durante 15 minutos o inclusive hasta una hora (muy inusual y tiene que ser uno de los grosos porque no es tarea nada fácil)
No es algo nuevo, se viene haciendo desde la época de los anfiteatros griegos, aunque calculo que los griegos tendrían otra palabra y no había mujeres haciéndolo.

A diferencia de los stand ups o comediantes históricos, locales o foráneos tales como Juan Verdaguer, George Burns e inclusive a nuestro benemérito Tato Bores (que también hacía Sit Downs o Sentadas) los stand ups locales y extranjeros no suelen pasar la edad de 35/40 años. Algún que otro Jurassic Park puede llegar a los 45+.

La verdad es que soy un gran consumidor de estos jóvenes observadores de la realidad, más que todo porque ofrecen una mirada totalmente desprovista de pusilanimerías o frases politicamente correctas, al enano le dicen enano y al puto, puto - es más, hay una Stand Up estadounidense, llamada Liza Lampanelli, que básicamente se dedica a denostar a cualquier tipo de minorías que ella detecte en la audiencia con un vocabulario tan soez que hasta un rapero "gangsta" se sonrojaría. Su show es un claro ejemplo de la pelotudez actual, es decir, un grupo de gente va a un teatro para ser insultado salvajemente en haras de la libertad de expresión y "el reírse de uno mismo" y encima paga una entrada bastante cara. Una vez lo escuché decir a Humberto Tortonese cuando presentaba un show: "La verdad, los comediantes le tendrían que pagar al público por escucharlos, porque al final vienen acá a descargar todos sus problemas y angustias". Y hay mucho de verdad en eso. Muchos stand ups hacen de su show un especie de catársis divertida de sus penurias, temores, ansiedades, frustraciones, etc. Cada tanto aparece un "winner", suele ser negro o latino, que se jacta de su éxito sexual y económico, gracias al stand up. Son pocos.

Pero como decía, es interesante ver como los comediantes ven la realidad, algunos con mayor grado de observación que otros, los menos, porque la mayoría básicamente se dedica a bromear sobre los siguientes puntos:

Si es mujer: 
  • Todos los tipos son iguales: ignorantes, insensibles, infieles, inseguros, si demuestran sensibilidad putos o pollerudos, y una serie de INs negativos más. Básicamente se podría resumir en: IN-NECESARIOS.
  • También parecería ser que todas las mujeres son locas, pero no boludas. Es decir, te van a revisar el email, el celular, el resumen de la tarjeta, etc. etc. y tal vez se hagan las boludas, hasta que zas! Se viene la tormenta de mierda.
  • Los hombres siguen sin entenderlas, es más, están rayadas que hoy día ni ellas se entienden entre ellas.
  • Les gusta ser "putitas" pero que nadie se entere - Suelen jactarse de sus proezas sexuales con lujo de detalles. El micrófono siempre termina cerca de su boca o golpeando su cabeza. Lo que si provoca desagrado es que se difunda por las redes sociales, o sea si le hiciste el orto la primera noche no andés publicándolo en FB o mandes un Tweet diciendo algo como: "Le estoy haciendo el orto a XX".
  • Los zapatos y las carteras siguen siendo una prioridad en sus vidas.
  • Las únicas que saben como mantener una casa ordenada son ellas.
  • Parecen seguir creyendo que "matarlos con el silencio o la mirada" es un arma letal.
  • Los bebés de otros no son bienvenidos, es más son bastante molestos - sobre todo si tiene 40 años y del hornito sólo salieron pedos.
  • Sólo comienzan a empatizar cuando están embarazadas y ahí se despachan con los mismos lugares comunes que solemos conocer todos.
Si es varón:
  • Todas las minas son locas, histéricas, fácilmente cogibles, rompe huevos, inútiles a la hora de hacer algo que requiera algún conocimiento tecnológico o inclusive manejar.
  • Como no entienden (como si fuera tan difícil entender el tenis) o no les gusta el deporte, impiden que los varones los disfruten, ya sea con un clásico "necesito hablar con vos" durante un Ríver - Boca o paseándose fastidiosamente de un lado a otro en el monoambiente que llaman "nidito de amor".
  • Les revienta que los tipos la pasen bien con sus amigos.
  • No entienden que a los tipos les gusta que sean gauchitas (obviamente no escuchan los relatos de sus colegas, porque yo diría que son más gauchitas que Martín Fierro y Don Segundo Sombra juntos)
  • Les hincha los huevos que las mujeres tarden tanto para arreglarse o conviertan una selección de un vestido en un Carrera de la Muerte o Destino Final 8.
  • Confiesan que el "tratamiento del silencio" es un spa de silencio pero se hacen los mortificados para que las mujeres sigan creyendo que funciona.
  • No insisten mucho cuando la pareja les responden "nada", total en algún momento se van a terminar enterando y nada en masculino, suele seguir interpretándose como "nada" - aún cuando las mujeres insisten en tratar de darle otro significado.
En el único lugar donde coinciden ambos sexos es en: vivir en pedo, de pedo o al pedo. Esto puede ser por una gran ingesta de alcohol en forma regular o por drogas, que generalmente se refiere al porro o el uso de diversos barbitúricos, ansiolíticos o píldoras que suelen ingerir los comediantes para combatir la depresión.

No es inusual que un stand up estadounidense logre la adhesión del público, sea varón o mujer, alabando las cualidades de estar beodo o fumado. Lo cool en el mundo stand up es estar borracho.

Entonces, a modo de conclusión, si tengo que guiarme por lo que destacan los stand ups, básicamente el mundo sigue siendo igual, salvo que ahora los tipos encima de mujeriegos son inútiles y las minas siguen siendo tan locas/histéricas como siempre, o más, pero ahora no lo disimulan.

Y estar en pedo ya no es algo de qué avergonzarse, sino más bien algo casi digno de alabanza, lo cual no dista tanto de la otrora jactancia de tener "cultura alcohólica", que significaba poder ingerir grandes dosis de alcohol sin por ello perder la compostura.

La diferencia es que ahora se ingiere y se devuelve, así nomás.

martes, 2 de septiembre de 2014

Tenerla clara...




Hoy escuchaba la radio, para ser más preciso, Radio 10, el programa de Rolando Hanglin y Cía. No suelo hacerlo. Sinceramente él y sus compañeros vienen robando hace rato, pero como hacía varios meses que no lo hacía "le seguí la corriente". Lo que más me llamó la atención fue la carta de una oyente que decía algo así:

"Tengo 40 años, estoy divorciada y la otra noche salí con un tipo a cenar y como la tengo clara, sé que hoy día lo que se acostumbra es acostarse la primera noche, así que me acosté con él. Después de haber pasado un par de días, no recibí ninguna llamada, ni siquiera un SMS. No los entiendo a los hombres, yo le entregué mi cuerpo a un tipo prácticamente desconocido y nada ¿Tanto les cuesta a los tipos llamarnos, o enviarnos un SMS, inclusive si es con una mentira diciéndonos que la pasaron bien? ¿Acaso se creen que por llamarnos o contarnos como la pasaron, nosotras nos vamos a creer que nos queremos casar? ¿Tanto miedo tienen de expresar sus pensamientos, sus sentimientos?.

La verdad no sé por dónde empezar porque hay tanto material de Crazy acá que no se si alcanzará una entrada de blog para dilucidar tanto merengue mental.

Debo admitir que en cierto modo es reconfortante saber que al menos Silvia Freire y el 90% de las mujeres que llamaron coincidieron en que la mina estaba chapa. Que no tenía nada claro y ni hablar de como reaccionaron con conceptos tales como:

1. Como se acostumbra acostarse la primera noche yo le "entregué mi cuerpo".
2. Aunque sea manden un mensaje mintiendo.

El consenso general de las llamadas fue:

1. No hay ninguna ley que diga que si te invitan a cenar tenés que garchar.
2. Si el tipo no te llamó es porqué se garchó tu cuerpo no tu mente, es más, si lo llamás seguro que te vuelve a garchar, porque a tu cuerpo ya lo "compró".
3. Si los tipos no llaman es porque no quieren involucrarse justamente con "una mente un tanto complicadita como la tuya".
4. Ninguna mujer desea que les mientan (aunque podría ser mentira)
5. Hablás de entregar tu cuerpo como si fuera un templo sagrado pero se lo entregás a un tipo prácticamente desconocido.

No se cuán demostrativo de las mujeres en general será el caso de la mujer de la carta. No creo que sea un caso muy aislado ni una minoría, porque muy pocas mujeres salen a garchar como históricamente lo vienen haciendo los tipos. De hecho casi ninguna mujer le pagaría a un tipo por tener sexo, ni siquiera amagan con pagar la cena.

Tampoco digo que todos los tipos la tengan clara. Creo que deben haber montones de tipos que siguen creyendo que pueden conseguir que una mujer los ame/quiera de verdad, sin que ellos ofrezcan el más mínimo grado de compromiso.

Lamentablemente me parece que la frase: "Los hombres fingen una relación para tener sexo y las mujeres fingen tener sexo para tener una relación" seguirá vigente por varios años más.