Pero como nada es para siempre, y con este estado de cosas no podía perdurar la raza humana, al menos la occidental, (si ya la tasa de natalidad era bajísima, con esta situación sólo empeoraría) porque como dije antes, los “sin luz” seguían cogiendo duro y parejo, y justamente notando este comportamiento disímil al resto de los Países Primer Mundistas es que a un genio de Harvard, en realidad a una genia, Hillary Hughes, se le ocurrió lo siguiente: “Implementar cortes de luz” – Debían ser imprevistos, de duración también incierta, como los estados de ánimo femeninos – La idea era que los hombres al estar desprovistos de sus juguetes tecnológicos, comenzarían a albergar otro tipo de distracciones.
Otra cosa que propuso es que se prohibieran la emisión de actividades deportivas en la televisión – Los principales beneficiados de este planteo fueron los fabricantes de radios, ya que este rumor produjo un auge inusitado de compra de radios portátiles.
Encima, esta “genia” argumentaba que se crearían o incentivarían industrias nuevas, por ejemplo la fabricación de velas porque entre otras cosas: “con luz de vela estamos todas buenas” y que valía la pena intentarlo. Y se intentó. Al principio no pasó mucho. Tampoco es que los tipos se iban a poner a coger sólo porque no había luz y como es bien sabido entre el mundo masculino: “Eso de que todas están buenas con luz de vela es un verso que inventaron los fabricantes de velas”.
Otro programa que se incentivó fue subir el nivel de erotismo de programas como NatGeo, donde básicamente se pasaban escenas donde todos los bichos, sean leones, búfalos, manatíes, delfines o hasta escarabajos, se la pasaban cogiendo. En los programas infantiles las conductoras básicamente parecían trolitas y hasta el Vaticano comenzó a insinuar que tener sexo sin amor podría soslayarse durante esta emergencia y que los “buenos cristianos podrían seguir tomando la comunión” y en los países musulmanes fundamentalistas comenzaron a aceptar que las mujeres fuesen adúlteras sin ser lapidadas. Ojo, sólo en algunos, los más progre, tampoco la locura.
Al principio muy poco cambió, porque tampoco es que todos los varones son como un interruptor de luz, pero cuando los cortes comenzaron a ser más frecuentes y duraderos, y los hombres viendo que no quedaba otra cosa que hacer, comenzaron a coger y se dieron cuenta que si bien no era lo mismo que la Play o ver un Boca-Ríver en un plasma de 42” , la cosa no era tan mala-Algunos comenzaron a compartir sus anécdotas en la oficina y de a poquito todo empezó a volver a la normalidad, al menos en gran parte de del mundo Occidental y urbano.
Mientras tanto, un argentino, notando que había quedado un grupo bastante numeroso de hombres que seguían adheridos a esta nueva modalidad (es decir, la de no coger) se le ocurrió lo siguiente: Fabricar auto generadores. ¡Fue un boom!
Hoy es el Bill Gates de los auto-generadores. Es más, ya tiene 10 fábricas en China.
Las mujeres, siempre previsoras, guardaron sus juguetes eróticos en lugares reservados, las más pudientes en cajas de seguridad. Esto se ha hecho público después de que varios boqueteros luego de ser atrapados quisieron argumentar ante el juez que “plata lo que se dice plata no nos llevamos” y luego de varios actos delictivos frustrantes y fastidiados por tantas cajas de seguridad repletas de dildos, decidieran dedicarse a algo más rentable.
Tal vez hoy parezca una historia de ficción, pero recuerden, lo mismo pensaron de George Orwell con su 1984 y Ray Bradbury con su Fahrenheit 451.