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martes, 18 de febrero de 2014

ABUELO, JUEZ Y UNA FAMILIA DE MIERDA....


No comentes si no leiste bien TODO. El artículo encierra tantos aspectos de nuestra sociedad que merece ser leído con detenimiento.

La hipocresía es la actitud constante de fingir creencias, opiniones, virtudes, sentimientos, cualidades o estándares que no se tienen o no se siguen. La persona hipócrita finge cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente tiene o experimenta.

El juez que abusaba de sus nietas después de ir a misa
Los abusos se cometieron durante siete años en la casona del magistrado jubilado, en Vicente López. Fue condenado a ocho años de prisión, que cumple en esa misma casa, y ahora las tres víctimas reclaman una indemnización.
Una mansión de tres plantas sobre la calle Gaspar Campos, en Vicente López, fue el siniestro escenario de los reiterados abusos sexuales perpetrados por un ex camarista civil sobre tres de sus nietas, desde que eran niñas hasta su adolescencia. Cada domingo, cuando recibía a su numerosa familia para el tradicional almuerzo –después de haber ido todos a misa–, el abuelo, Félix Romeo de Igarzabal, aprovechaba para estar a solas con cada una de ellas, en alguna habitación, para abusarlas y envolverlas en un oscuro pacto de silencio. “Esto es un secreto entre nosotros dos hasta que me muera”, les decía cada vez que las abusaba. De lunes a viernes, hasta hacía algunos años ocupaba uno de los despachos de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, custodiado por un crucifijo. Ultracatólico, integrante de una conocida y acaudalada familia judicial de San Isidro, De Igarzabal fue condenado a ocho años de prisión por aquellos hechos que se prolongaron durante siete años y dejaron heridas todavía abiertas en las vidas y en las almas de sus nietas. Por su edad –tiene 92 años y ya está jubilado como magistrado– cumple la pena en la misma casa donde cometió los aberrantes delitos. La sentencia fue dictada por el Tribunal en lo Criminal N° 4 de San Isidro, en un juicio abreviado. Sus nietas reclaman ahora una indemnización por daño psicológico y moral, en una causa que tramita en el Juzgado Civil N° 1. Pero el abuelo se resiste a allanarles el camino con el argumento de que el delito prescribió. La demanda enfrentó a las nietas con el resto de su familia –uno de sus tíos es juez y otro secretario en el fuero civil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires– porque temen perder parte de la herencia que esperan recibir cuando De Igarzabal se muera.
El caso refleja dos características del abuso sexual infantil: que en la mayoría de los casos los victimarios son personas del círculo íntimo de las víctimas, y que es un delito que atraviesa todos los sectores sociales, y ocurre también en “las mejores familias”. Y puede ser cometido por hombres supuestamente honorables para la sociedad, como un camarista del fuero civil.
De Igarzabal fue condenado –por unanimidad de los tres integrantes del tribunal– por los delitos de “abuso deshonesto agravado por el vínculo reiterado y abuso sexual gravemente ultrajante agravado por el vínculo en concurso real entre sí”, por hechos cometidos entre los meses de mayo de 1999 y enero de 2006, contra las tres nietas. El veredicto fue dictado el 26 de septiembre de 2012 por los jueces Hernán San Martín, Osvaldo Rossi y Federico Ecke, pero recién trasciende ahora. “Cuando salió la condena yo sentí que rompí cadena. Hasta ese momento sentía que caminaba encadenada”, graficó una de las víctimas.
Las chicas ya son jóvenes y tienen actualmente 20, 24 y 26 años. Los abusos los sufrieron en la mansión de “Veco”, como le dicen en la familia al ex camarista, una casa de tres plantas, amplio jardín arbolado, pileta y dos quinchos, ubicada en Gaspar Campos 468, en la zona más residencial de Vicente López. Allí crecieron la madre de las tres víctimas y sus nueve hermanos. De Igarzabal y su esposa Lita tuvieron diez hijos. Y cada uno de ellos, entre seis y diez hijos. El dormitorio del abuelo y el sótano de la mansión fueron algunos de los sitios donde perpetró los abusos contra sus nietas, según contaron las jóvenes. A una de ellas se la llevaba siempre a su dormitorio, en el primer piso, después de cada almuerzo dominical, con la excusa de buscar caramelos para repartir entre los presentes. Era un ritual. La niña se resistía, porque sabía lo que vendría después: los abusos y la exigencia de silencio. Sus propios padres, y el resto de la gran familia que disfrutaba de la sobremesa, esperaban que fuera para recibir luego los dulces.

Un ángel
Las tres hermanas detestaban lo que les hacía “Veco”. Como suele pasarles a chicos y chicas que viven situaciones semejantes, se preguntaban si sería normal ese tipo de actitudes de parte de su abuelo. Dos de ellas recuerdan que se dieron cuenta de que estaban sufriendo abusos sexuales leyendo un artículo sobre el tema en el diario, ya adolescentes. Pero ninguna de las tres sabía que “Veco” tenía la misma conducta con las demás. El pacto de silencio que les imponía surtía efecto. Hasta que una de las tres, la menor, en su pubertad, un día estalló en llanto y contó sus sufrimientos a una de sus hermanas. Y así, poco a poco las tres fueron hablando, contando sobre aquellos horrores. El apoyo de amigas y de sus novios de la adolescencia –que les reafirmaban que lo que su abuelo les había hecho estaba mal–, las ayudó a pedir ayuda terapéutica para poder salir adelante, en un contexto familiar que prefirió acallar los abusos sexuales perpetrados por el patriarca de la familia.
Al enterarse, hasta la madre de las chicas –hija de “Veco”– y su padre les plantearon que tenían que perdonar a su abuelo. Recién en el último tiempo las han acompañando en su pelea judicial.
Con el tiempo, las tres hermanas se fueron dando cuenta de que los abusos incluso eran más extendidos: otras integrantes de la familia les fueron contando que también habían sufrido los mismos abusos. En lugar de cortar lazos con “Veco”, el resto de la familia eligió el camino del perdón por aquellos sucesos, el mismo camino que algunos tíos pretendieron que ellas siguieran. Y las mandaron a hablar con “curas” para sanar sus heridas. A pesar de la presión familiar, las tres hermanas decidieron denunciarlo en la Justicia, el terreno donde durante años De Igarzabal gozó de prestigio y autoridad. Cuentan que las impulsó un abogado, entrenador de su hermano menor de rugby del San Isidro Club (SIC), luego de enterarse por boca del padre de las chicas lo que “Veco”, es decir, su suegro, había hecho con sus hijas, cuando eran niñas y adolescentes. Ese abogado penalista, Eduardo “Coco” Oderigo, fue como un ángel salvador para las tres hermanas y puso en real dimensión la gravedad de lo que habían padecido.
La denuncia fue presentada en 2010, unos tres años después de que empezaran a sacar a la luz aquellos episodios tan dolorosos. Pero antes de hacerlo, el hermano mayor de las chicas –en total son ocho hermanos– invitó a sus tíos a una reunión, en un salón parroquial de una iglesia Don Bosco, en San Isidro, y les informó que llevarían el caso a la Justicia. La novedad generó mucho enojo en la familia y la dividió: algunos tíos buscaron que desistieran de su decisión de denunciarlo por temor a las consecuencias del escándalo que podría generar, si trascendía la presentación en los tribunales, tratándose de una reconocida familia judicial de San Isidro. Entre tíos y primos suman nueve abogados. El hijo mayor de “Veco”, Félix G. de Igarzabal es titular del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil
Nº 85 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Exponente del pensamiento clerical y antiderechos, este magistrado a comienzos de marzo de 2010 anuló uno de los primeros matrimonios igualitarios realizados en la Ciudad, previo a la sanción de la ley, resolución que le costó una denuncia de parte de otra colega, la jueza porteña Elena Liberatori, ante el Consejo de la Magistratura porteño y de la Nación. Otro de los tíos de las chicas, Francisco, es secretario en el N° 106 del mismo fuero.
El cuarto mandamiento
Por aquellos días en que tomaron la decisión de denunciarlo, una de las hijas de Veco y madrina de una de las víctimas, le escribió a su ahijada. Del texto del correo electrónico se desprende el posicionamiento familiar frente a los hechos y que ella se había enterado también de que sus propios hijos podrían haber sido abusados por el abuelo, pero que lo perdonaban. “Tenés razón que has sufrido una aberración muy grande, lo reconocemos, sabemos que hizo una herida muy fuerte, pero cuidado que si tocamos mucho una herida, puede convertirse en una úlcera, algo más grande y feo. Reconocerla, saber que está, no esconderla, y luego,... adelante!! la vida sigue... con esa herida, sí, con esa herida”, le dijo la tía, a una de las tres hermanas, por entonces adolescente, que le había reprochado el silencio familiar frente a los abusos sexuales cometidos por “Veco”. El email sigue así: “Nunca escondimos nada ni hicimos pacto de silencio. La noticia nos cayó como baldazo de agua fría, increíble, yo tenía idolatrado a mi padre, me dolió mucho, pataleé, lloré, corrí a hablar con médicos y curas y de a poco, con mucha prudencia, fuimos hablando con nuestros hijos, respetando sus intimidades y ofreciéndoles todo nuestro apoyo y siempre hablando con la verdad, con mucho dolor y con mucho amor, mostrando que fuimos tan engañados como ellos”, dice la tía. Y agrega: “Y te sorprenderá que sigamos visitando a mis padres. Tengo muy claro el cuarto mandamiento, donde Dios nos pide honrar a padre y madre. No los voy a abandonar, menos en su vejez. La vida es así, con traumas y bendiciones. Yo recibí de ellos el don de la vida y la vida en la fe. Qué de contradicciones!!! Parece una locura, pero no los voy a abandonar, es lo que me tocó. Y recibí de ellos valores muy lindos”.
“Veco” pidió a las tres nietas que lo denunciaron, que le tuvieran misericordia. Se los dijo en unas breves cartas que les escribió a mano alzada, fechadas el 1 de diciembre de 2010, cuando ya la causa penal estaba en curso. Una de las chicas quemó la carta que le mandó, como expresión de enojo hacia su abuelo. Las otras dos las guardaron y las presentaron en la investigación judicial. Las notas fueron sometidas a pericias caligráficas durante el juicio y se corroboró que era la letra del ex camarista. En esos textos, De Igarzabal no se hace cargo de su conducta. A una de las nietas le dijo: “Lamento haber permitido que pasara tanto tiempo sin darme cuenta que te había dañado. Recién ahora tomo conciencia y pido perdón. Apoya a tus padres, que te necesitan, y ten misericordia de mí”. A otra le dijo: “Te pido perdón por haberte lastimado. No tengo explicación ni justificación”.
Sordera
En los últimos años, el abuelo pagó la terapia psicológica de las nietas que abusó. Hasta que supo que le habían iniciado una demanda civil en la que le reclaman una indemnización por el “daño moral” y el “daño emergente” que les provocaron los abusos sexuales. Esa demanda generó una nueva reacción adversa de parte de la familia, preocupada por si les afectaría la tajada de herencia que esperaban recibir en el futuro. De Igarzabal, dicen sus nietas, es dueño de un campo de unas 300 hectáreas en la localidad bonaerense de San Pedro y una casa en Pinamar, además de la mansión de Gaspar Campos, entre otras propiedades. El expediente 161/2013 tramita en el Juzgado Civil N° 1 de San Isidro. El ex camarista, a través de su defensa, respondió que el delito estaba prescripto y por ende no les correspondía ninguna indemnización. Dos de las nietas, entonces, fueron a verlo a su casa para expresarle su enojo por los abusos y por su actitud frente a la demanda. Les abrió la puerta su abuela “Lita”. Y al conocer el motivo de la visita, les dijo que subieran. En la misma habitación donde tantas veces fueron abusadas, las dos jóvenes le dijeron a su abuelo lo que no pudieron decirle antes. El “se hizo el sordo”, contó una de ellas. “No me importaba su respuesta. Poder decir lo que yo tenía adentro fue una forma de sanación para mí”, describió la otra joven. Tienen todavía las heridas abiertas, aunque están en proceso de recuperación –dicen– después de sufrir tantos años los abusos sexuales de parte de su abuelo.
Fuente http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-235706-2013-12-15.html

Se lo dedico a Miranda Barbour, una asesina serial de 19 años que comenzó a asesinar a los 13 y alega haber matado a más de 22 personas (la mayoría - adultos - que se querían coger una pendeja de 13)
http://ar.noticias.yahoo.com/19-a%C3%B1os-confes%C3%B3-matado-20-personas-culto-sat%C3%A1nico-155411837.html

18 comentarios:

  1. Lo siniestro, cuando se junta con mandatos familiares, dinero y apariencia social destruyen a cualquier persona. Son casos muy comunes lamentablemente pero cuando una de las personas se anima a romper con el círculo de complicidades familiares empieza todo a tambalear. Y el chico victima de abuso sufre a veces más por el silencio, por la ausencia de denuncia, por la complicidad, por el acusarlo de de destruir la familiar que por el abuso en sí.
    No enetendí la dedicatoria final.

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    1. Coincido. Una analista entrevistada por la radio dijo hace unos meses que el 40% de sus pacientes mujeres había sufrido algún tipo de abuso de chica. Recalcó "de mis pacientes, no se si se puede/debe generalizar". La dedicatoria fue una conducta pisciana. No justifico su accionar, pero si lees el artículo, en otro momento, hay algo en común. Según ella "eran todos malos" y si empezó a matar a los 13 años es porque algún enfermito se quería coger a una pendeja aunque tampoco se si eran todos adultos.

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  2. Muy mierda todo, desde el viejo hijo de puta violando a sus nietas, el doble discurso del que diran en la sociedad y la flia que quiere guardar las apariencias.

    Soy muy de la idea que en este tipo de casos el abusador no merece la muerte, ya que le estarías dando una salida elegante a hacerse cargo de las cosas que hizo.

    Familias pacatas que no les importa como quedan sus propios hijos mientras se diga que son buenos, lindos e importantes.

    Mierdas que merecen que les pasen a ellos estas miserias.

    Como siempre he dicho, la gente cada vez esta mas de culo!

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    1. Y sí mi estimado, lo sórdido de todo esto, es que encima el tipo es juez. Ya no se trata del estereotipo del "villero, borracho/drogón,etc."
      A ese tipo encima la mujer tal vez si se entera lo mata. En esta familia, todos se apresuran por tapar y evitar que las "pendejitas" se queden con la casa.
      Muy, pero muy ejemplificador de lo chota que puede ser la gente. Y me pregunto cuán común será.
      Cuando uno "surfea" en sitios de encuentros lo primero que intenta leer son los ojos. Los ojos no mienten.
      Abrazo!!

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    2. Los ojos no mienten pero las almas se maquillan para no mostrar su verdadero ser.
      Lo se porque lo hice en algun tiempo atras que pensaba que no debia estar ocupando un espacio geofisico.
      Por afuera todos veian que estaba bien pero no asi lo que sentia.

      Abrazo.

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    3. Algunas veces viene bien no disimular y otras sí, más que todo porque si bien la gente tal vez quiera ayudarte, algunas cosas conviene resolverlas uno y en general, y aunque suene pedante, la mayoría de la gente no puede resolver ni siquiera sus propios problemas, menos aún, los de otros. Me alegra saber que sigue ocupando un espacio geofísico. Un humilde consejo, no sobrevalúe la felicidad, es un concepto moderno, occidental norteño. Acepte que la vida es mas bien una linea plana, con altibajos, aproveche los alti para superar los bajos.Tigre hace varios torneos que mira la zona del descenso con ansiedad, luchamos por no bajar, pero si nos toca bajar, bajaremos. No es un lugar que nos molesta. Sabemos que jugar en Primera es un privilegio. Los espacios serán distintos, pero al menos seguimos jugando al fútbol. Espero haber sido metafóricamente claro. Abrazo!

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    4. "Quien supo estar en el barro sabe apreciar el cielo" es otra de mis frases.
      Surfear las emociones es lo que mejor me sale ultimamente.

      Y no hablemos de futbol que miro a River y me dan ganas de tatuarme las pelotas con una cerealita.

      Abrazo.

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    5. Le dejo un cuentito - La versión en inglés es más acorde, por el uso que le dan a la palabra shit, pero sirve.

      EL PAJARITO
      Había una vez un pobre pajarito que tenía que migrar, pues ya estaba comenzando a hacer frío. El pobre pajarito quiso unirse a su familia, pero justo en el momento en que su familia comenzaba a levantar vuelo el pajarito se lastimó una alita, por lo que tuvo que esperar.
      El pajarito caminaba y caminaba, pues no podía volar, hasta que un día se metió en un campo, pasó cerca de una vaca justo en el peor momento, la vaca estaba haciendo fuerza y, por duro que suene, lo cagó encima.
      El pobre pajarito hizo un esfuerzo terrible por sacar su cabeza de la mierda y al fin pudo respirar, luego de estar así un momento el pajarito se dio cuenta que era más placentero estar allí porque tenía calor y estaba abrigado que salir a la intemperie y congelarse, pero un ave de rapiña que por allí volaba lo vio en condiciones adversas, se dirigió en picada hacia él, lo sacó de esa montaña, lo desplumó y se lo comió, haciendo del indefenso animalito un festín.

      Moralejas...

      No todo aquel que te caga es tu enemigo.
      No te quejes cuando estés rodeado de mierda porque siempre puedes estar peor.
      No todo aquel que te saca cuando estás con la mierda hasta el cuello te está haciendo un favor.

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    6. Gracias Ato, ya lo conocia y hasta con las variaciones de miles de animales.

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    7. De nada "Señor de los barros" - entre ud. y yo, hay subtexto. Seguramente me entenderá :-) Abrazo!

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    8. Qué asco lo del Juez y su familia y qué bueno este cuentito. Gracias por ambas cosas. Aunque duelan.

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  3. Una historia atroz. No valen la religión, la educación, la profesión, el prestigio social: la "gente bien" también puede ser amoral y monstruosa. Y es tanto menos perdonable cuanto mayores han sido los privilegios de su posición social.

    Abrazo, Ató.

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    1. Tanto menos perdonable y doblemente castigable. Lamentablemente por la demora, sólo le cabe arresto domiciliario, en una mansión de Vte. López. Tanta justicia me abruma. Siempre es mejor ser ex juez, viejo y rico para hacer cagadas o al menos juzgado por ellas. Abrazo!

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  4. Esta vez no has sido nada 'críptico' con tu mensaje. Debido a mi profesión 'oficial', me encontré con infinidad de casos como este, tantos que mucha gente se asombraría.
    Yo haría responsable también a la sociedad, a nosotros mismos en charlas de café en las que alabamos las cualidades de una pendeja, sin saber que hay gente que se lo toma muy en serio, no como una bravuconada de bar. Cuando hablo de pendejas, yo llegué a oír comentarios de minitas de 14 ó 15 años, límite que todos soportaron con una sonrisa cómplice.
    En fin...
    Un abrazo.
    HD

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    1. Es inquietante el uso de la palabra infinidad - sobre todo porque hay varios que ejercen una profesión oficial como la tuya. Es curioso como alguien creería que una bravuconada de bar es hablar de sus proezas sexuales con pendejas. Casi como que un tipo se jacte de ser domador de gatitos. Presumo que podría ser un efecto colateral de la canichetización masculina, aunque abusadores de pendejas hubo siempre. Abrazo!

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  5. Me llaman mucho la atención los casos de estas personas poderosas, que se saben impunes y esa impunidad les produce una especie de gran sordera; una sordera que les impide oír a su conciencia, porque ellos saben que hacen mal, pero como no habrá castigo no les importa, es así de simple.

    Lo que me parece aterrador es ver como la familia cierra filas. No entorno a las niñas, a las heridas y humilladas; no, ellos se ponen del lado del impune, del poderoso adinerado, de tal palo tales astillas.

    La mayoría de abusos y violaciones las perpetran familiares y conocidos, amigos. Los niños son obedientes y guardan “el secreto”, los padres y las madres DEBEMOS hacer saber a nuestros hijos que siempre, siempre, siempre, siempre les vamos a proteger y defender, caiga quién caiga. Si las pequeñas hubieran tenido confianza para contar que el abuelo hacía algo que no les gustaba ....
    bueno, en esa familia de MIERDA quizás nada habría cambiado.

    Siempre tengo muchas cosas por hacer te agradezco este post porque tengo pendiente leerles este libro a mis nenas: “Estela grita muy fuerte”
    https://www.youtube.com/watch?v=lYqY4gCK100


    Un abrazo.

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    1. Al contrario Ishtar, me alegro que te haya servido. La impunidad del Veco es repugnante. Y más repugnante justamente el arco de silencio que intentan propiciar los adultos. No es casual que la juventud algunas veces ande como bola sin manija. Una generación un tanto hipócrita la de los de 40 para arriba. Algunos somos hijos del "Por algo será" y otros del "Algo". Te mando un beso y me guardo el link para cuando tenga un rato para revisarlo con más detenimiento.

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